Si decimos que con la poda de la viña, todo acaba, con las lágrimas de la vid empieza la vida.
A partir del mes de Noviembre, finalizada la vendimia, y cuando la vid pierde la hoja, comienza la poda. Un proceso en el que son cortados, sarmientos, brazos y partes herbáceas.
La poda, realizada sobre partes leñosas, (Sarmientos y brazos) se denomina, poda en seco, mientras que aquella que se realiza sobre las partes herbáceas (Pámpanos, hojas o racimos) se conoce como poda en verde.
La poda, es un proceso meticuloso que ha de ser realizado por manos expertas, a fin de hacer un trabajo correcto sobre la viña, con lo que conseguir controlar el crecimiento y la producción, algo que influye directamente en localidad de los vinos, pero también la longevidad de la viña. Cuanto más expertas sean las manos, más vida le daremos a la viña.
“¿Sabías que en Bodegas Horola nuestras viñas tienen entre 80 y 100 años?”
Si bien, la poda se realiza durante el letargo de la viña, un periodo de parada vegetativa y reposo que dura todo el invierno..
No es hasta el mes de marzo, cuando las temperaturas medias empiezan a llegar a los 10ºC cuando la viña empieza a “despertar”
Es en ese momento cuando podemos presenciar uno de los momentos más bellos de la naturaleza. El despertar de la cepa en forma de lágrimas que se desprenden de los cortes realizados durante la poda.
Las llamadas lágrimas de la vid, o lágrimas de la viña es la primera prueba de vida tras el reposo invernal. Cuando las raíces de la viña empiezan a despertar y absorber el agua del sub suelo y la savia empieza a circular, y sale por las heridas de la poda.
La acumulación de esta sustancia, crea estas maravillosas joyas en forma de lágrima, que caen en forma de llanto.
La cantidad de líquido que puede desprenderse de una cepa, varía en función de las reservas que tenga la viña y de la situación climatológica. En años muy lluviosos, se han llegado a registrar hasta 5 litros se savia, aunque esto está fuera de toda normalidad, al igual que existe algún registro en el que el lagrimeo ha sido nulo o inapreciable en un año extremadamente seco.
La naturaleza es sabia, y como todo en ella, este fenómeno, también tiene un por qué.
Los cortes realizados durante la poda, se van recubriendo por una sustancia gomosa y por las sales disueltas al evaporarse el agua, llevando a una cicatrización de los vasos leñosos.
Terminado el proceso de cicatrización, finaliza también ese goteo en forma de lágrimas y da paso a los primeros brotes.
Si el llanto de la viña empieza de forma simultánea en todas las variedades, los primeros brotes, pueden variar en función de la variedad de la viña.
Podemos encontrar variedades que empiezan a brotar hacia el 23 de Marzo, como las variedades Garnacha tintorera, Albariño o Moscatel de grano menudo entre otras, que son las variedades de brotación temprana.
Entre las variedades de brotación tardía, aquellas que empiezan a mostrar sus brotes a partir del 13 de Abril, encontramos variedades como Tempranillo, Macabeo o Airen.
En bodegas Horola, utilizamos métodos tradicionales y manuales para el cuidado de nuestras cepas. Generación tras generación hemos aprendido a querer las viñas, a mimarlas y a permitir que estas nos regalen frutos excelentes, con los que obtener vinos de altísima calidad. El resultado del respeto y la compenetración entre el ser humano y la naturaleza.
En bodegas Horola, nos gusta decir que las cepas lloran de alegría al ver los vinos, fruto de las vendimias de años anteriores.
Nuestra complicidad con la tierra, la viña y el proceso de vinificación, es maxima y eso conseguimos transmitirlo en nuestro producto. Un rioja de la maxima calidad.
Esta es una pequeña muestra de lo que puedes encontrar en nuestra tienda de vinos
